Hoy os voy a enseñar un lugar impresionante. Probablemente, uno de los más bonitos en los que he estado.
Le Mont Saint Michel es el tercer monumento religioso más visitado de Francia, tan solo por detrás de Notre Dame de París y del Sagrado Corazón. El Mont Saint Michel es una pequeña isla unida al continente por una carretera (en el pasado el camino existente era cubierto por las aguas cuando subía la marea) donde se levanta una pequeña ciudadela medieval que conserva el mismo aspecto que hace siglos y sobre la cual se levanta una impresionante abadía donde conviven el románico y el gótico en perfecta armonía.
Le Mont Saint Michel es el tercer monumento religioso más visitado de Francia, tan solo por detrás de Notre Dame de París y del Sagrado Corazón. El Mont Saint Michel es una pequeña isla unida al continente por una carretera (en el pasado el camino existente era cubierto por las aguas cuando subía la marea) donde se levanta una pequeña ciudadela medieval que conserva el mismo aspecto que hace siglos y sobre la cual se levanta una impresionante abadía donde conviven el románico y el gótico en perfecta armonía.
La arquitectura prodigiosa del Mont Saint-Michel y su bahía lo hacen el sitio turístico más concurrido de Normandía y uno de los primeros de Francia, con unos 3.200.000 visitantes cada año. Una estatua de San Miguel Arcángel colocada en la cumbre de la iglesia abacial se erige a 170 metros por encima de la orilla.
Los numerosos edificios del lugar son clasificados, individualmente, en calidad de monumentos históricos (la iglesia parroquial desde el 1909, por ejemplo) o inscritos en el inventario suplementario de los monumentos históricos. El conjunto está catalogado como un Grand site national de Francia.
Declarado monumento histórico en 1862, el Mont Saint-Michel figura desde 1979 en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En la declaración de la Unesco están incluidos también la bahía y el antiguo molino de Moidrey, situado a unos cuatro kilómetros tierra adentro.
Los numerosos edificios del lugar son clasificados, individualmente, en calidad de monumentos históricos (la iglesia parroquial desde el 1909, por ejemplo) o inscritos en el inventario suplementario de los monumentos históricos. El conjunto está catalogado como un Grand site national de Francia.
Declarado monumento histórico en 1862, el Mont Saint-Michel figura desde 1979 en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En la declaración de la Unesco están incluidos también la bahía y el antiguo molino de Moidrey, situado a unos cuatro kilómetros tierra adentro.
La historia del Mont Saint Michel tiene unos orígenes casi sobrenaturales, como la de muchos otros lugares de peregrinaje, y se remonta al año 708, cuando Aubert, obispo de Avranches, mandó elevar un santuario en honor al Arcángel San Miguel, después de que éste hasta en tres ocasiones se le presentara en sueños para ordenarle levantar un templo en su honor.
A partir de aquí el Mont Saint Michel comenzó a convertirse en un importante lugar de peregrinación, lo que llevó a que en la abadía se instalasen monjes benedictinos, y a que en la parte baja del monte se desarrollara un pueblo que vivía del comercio de velas (hoy en día las velas se han convertido en postales, tazas y demás artículos de recuerdos, restaurantes y hoteles que florecen por doquier y que desgraciadamente ponen un puntito mercantilista al Monte San Miguel.
Debajo, una estatua de Juana de Arco custodiando la entrada de una pequeña iglesia que se encuentra en el interior del pueblo. Fotografías del interior del pueblo, las pondré en la página de Facebook.
Debajo, una estatua de Juana de Arco custodiando la entrada de una pequeña iglesia que se encuentra en el interior del pueblo. Fotografías del interior del pueblo, las pondré en la página de Facebook.
Con el paso de los años, el Mont Saint Michel se convirtió en un importante punto estratégico militar, cobrando especial importancia durante la guerra de los 100 años, y jamás fue tomado por las tropas inglesas pese a sus incesantes esfuerzos por conseguirlo, lo cual convertía al Mont Saint Michel en un símbolo de esperanza y fe para los franceses en esos años de continua guerra. Desde la Revolución francesa hasta 1874 el Mont Saint Michel se convirtió en prisión, por lo que se le llamó también como la pequeña Bastilla.
Sólo un pequeño problema o inconveniente, el lugar está atestado de gente, literalmente atestado.
Recuerdo que fuimos con el carrito de nuestro hijo y fue un error enorme, apenas podíamos caminar por callejuelas estrechas y empinadas y además, completamente llenas de gente que, como en una lenta procesión, trataban de acceder al lugar más elevado de la isla: la abadía; para allí, disponerse a esperar pacientemente en una interminable fila para lograr el acceso a la misma, lo que supongo debe ser una visita inolvidable, esa abadía es increíble.
He leído que es posible contratar una visita a los tejados de la abadía, y caminar entre las gárgolas que sirven de aliviadero de las, casi continuas, lluvias.
Recuerdo que fuimos con el carrito de nuestro hijo y fue un error enorme, apenas podíamos caminar por callejuelas estrechas y empinadas y además, completamente llenas de gente que, como en una lenta procesión, trataban de acceder al lugar más elevado de la isla: la abadía; para allí, disponerse a esperar pacientemente en una interminable fila para lograr el acceso a la misma, lo que supongo debe ser una visita inolvidable, esa abadía es increíble.
He leído que es posible contratar una visita a los tejados de la abadía, y caminar entre las gárgolas que sirven de aliviadero de las, casi continuas, lluvias.
En una segunda entrada, trataré de mostraros la cantidad de gente que coincidió con nosotros el día de nuestra visita. No por ello pretendo cohibiros a la hora de visitar el lugar, mi recomendación: a este lugar hay que ir al menos una vez en la vida, sin más.
Por último una última imagen du Le Mont Saint Michel desde el inmenso parking que se encuentra a unos dos kilómetros y medio de la maravillosa isla.
Debajo de estas líneas, podéis ver el impresionante Arcángel San Miguel matando al dragón del Apocalipsis en la parte superior de la torre de la abadía.
5 comentarios:
Es un lugar que no quiero dejar de visitar y espero poder ir algún día... gracias por este buen reportaje, al menos puedo conocerlo a través de tu cámara. Felicidades.
Es cierto, es impresionante. Gracias Mariano. Muy bello tu arti y las fotografías.
Un abrazo,
Precioso lugar, lo dejaré como pendiente de visitar.
Felicidades, me gusta tu blog.
¡ Una pasada de lugar! Ya me lo habían comentado.
Muchísimas gracias por vuestro comentarios!
No os lo perdáis por nada del mundo, aunque no lo parezca está a tiro de piedra de Madrid. En un viaje a Burdeos, pasáis un para de días en esa maravillosa ciudad y desde ahí Mont Saint Michel. En la costa también tenéis maravillosos lugares como Saint Malo y más.
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