21 septiembre 2011

Nuremberg. Baviera, Alemania.

Hola, hoy voy a mostraros algunas fotografías que tomé durante mi visita, hace algún tiempo ya, a una ciudad que me fascina; Nuremberg. Lo más importante y hermoso de ver en esta villa es, sin duda, el casco antiguo de la ciudad. Éste se encuentra divido por el río Pegnitz y está delimitado por una muralla de unos cinco kilómetros, construida con piedra medieval.

Aunque los edificios de la ciudad fueron destruidos durante la II Guerra Mundial prácticamente en su totalidad, todos fueron reconstruidos de acuerdo a los planos originales, de hecho, en el interior de alguno de ellos puede comprobarse, mediante diversas fotografías, cuál era su estado anterior, como quedaron después de la gran Guerra y el proceso de reconstrucción.

Bien, comencemos la ruta; nada más traspasar las murallas por una de sus puertas, nos encontramos con el Hospital del Espíritu Santo, fue construido entre 1332 y 1339 a orillas del río Pegnitz. El ala que vadea el río se erigió durante las obras de ampliación realizadas en 1448-1527. Entre 1424 y 1796 se guardaron aquí las insignias del Sacro Imperio Romano Germánico, en lugar de en el castillo. En la actualidad alberga una residencia de ancianos y un restaurante.




La escultura que podéis ver en las dos primeras fotografías de abajo, fue realizada por el Profesor Juergen Weber. Se encuenra situada en la Hauptmarkt (Plaza del Mercado Central). Se cree, que se basó en los valores idealistas del siglo XV de Sebastian Brant. La Nave de los Necios (Alemán: Das Narrenschiff, Latin: Stultifera Navis) es una sátira publicada en Basel (Suiza) por Sebastian Brandt, un teólogo alemán.

Todos los necios son embarcados en una nave rumbo a Narragonia, la tierra de los necios. Entre los necios, aparecen personajes de diferentes condiciones sociales, políticas y religiosas, mezclados de manera alegórica. Entre los necios aparecen usureros, adúlteros y jugadores.


Dos imágenes, las dos últimas de arriba, correspondientes a distintas calles en el interior de la ciudad antigua, con las que espero podáis apreciar lo hermoso de este lugar

Abajo, una fotografía tomada en un escaparate de una tienda que se encuentra en frente de una de las casas más famosas de Nuremberg. Se trata del famoso autorretrato de Alberto Durero (en alemán Albrecht Dürer, ni que decir tiene que se trataba de una réplica, la cuál podía adquirirse por un módico precio.


Debajo podéis contemplar dos imágenes de la vivienda en la que este artista vivió desde 1509 hasta su muerte, en 1528. Nacido en Nuremberg en el año 1471, se le considera uno de los grandes artistas del Renacimiento alemán. Para mi, más que profano sobre crítica pictórica, su obra me parece realmente sobresaliente.


Y un poco más allá de la casa de Durero, llegamos a la plaza de Tiergärtnertor. En esta plaza, realmente se puede sentir como si se hubiera realizado un viaje en el tiempo a la Edad Media. Una de las siguientes fotos muestra un detalle en una de las casas de la plaza, se trata de un caballero medieval bajo cuyos pies ronda un dragón. La plaza se encuentra bajos las murallas del Castillo Imperial (en alemán Kaiserburg). Desde la plaza y al atravesar el túnel se puede bordear la muralla para llegar a él.

La entrada está en la casita de la bruja, lugar en el que antiguamente dormían los guardianes, hoy convertido en una cervecería-restaurante muy concurrida y muy útil para tomar un aperitivo antes o después de la visita al Castillo. Es el emblema de Nuremberg, es uno de los castillos más notables de la edad Media. Su elevada posición ofrece increíbles vistas de la ciudad.

Aquí residieron todos los emperadores del sacro imperio germano desde los años 1050 hasta 1571.



Una vez terminada la visita al Castillo, emprendemos la marcha de nuevo hacia la salida de la ciudad, nos encontramos con más calles y maravillosos edificios medievales, entre ellos uno realmente notable y convertido en una gran galería comercial. Se trata del Mauthalle, antiguamente era un gigantesco granero gótico, erigido en 1498-1502 por Hans Beheim el Viejo. Originariamente albergó las balanzas municipales y la oficina de aduanas. En el siglo XIX el edificio fue transformado en un centro comercial que fue reconstruido después de la guerra.


Por último, mostraros otra edificación al borde del río, se trata de una torre que forma parte de un café bar llamado Celona finca. Poco después tuvimos que abandonar el casco antiguo para tomar el tren de vuelta a Erlangen, donde teníamos el hotel.


Sólo os he mostrado y contado un 5% de lo que se puede contemplar y admirar en esta magnífica ciudad. Para una entrada posterior, me he reservado alguna "fotillo" de las catedrales que se encuentran en el interior de la Ciudad de Nuremberg.

Os recomiendo que, si tenéis ocasión, no dejéis la oportunidad de ir a Nuremberg y entre otras muchas cosas, probar sus magníficas salchichas.

Un abrazo.

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